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Monday, October 23, 2006

Rebasar por la izquierda: realidades y fantasías

Por el WeT_AhUiZoTe



Rebasar por la izquierda es imposible cuando se le ha rebasado, y por mucho, por la derecha. No implico con ello que quien hace esta afirmación se ubique en el centro. Sino por el contrario, que estando en la derecha no ha podido controlar a quienes se sitúan aun más a la derecha. Quienes rayan en el fascismo sinarquista, quienes han convertido la lucha política en una guerra santa en contra de ‘esos peligros para el país’.

Imagen tomada de: http://www.oaxacatimes.com/

Rebasar por la izquierda a quien clama que ‘por el bien de todos, primero los pobres’ significaría una profunda transformación de las estructuras económicas del país, no solo las asistenciales. Ser mas radical en la distribución de la riqueza seria su justa medida. Si analizamos las opciones que tiene Calderón al etiquetar su posible programa de legitimación y gobierno solo tenemos algunas pocas. En realidad se pueden resumir en una sola frase. Mayor política asistencial.

Dotar a los ancianos de una pensión, a las madres solteras de alguna oportunidad de ingreso, ya sea por que les ofrecen dinero o por que les dan tiempo para que se empleen, entre otras opciones pareciera ser el matiz de dicha política social. En el argumento economicista neoclásico, estas opciones tenderían a igualar la oportunidad de las personas en cuanto a su poder de compra. En otras palabras, reducirían la brecha entre los más pobres y la clase media.

Sin embargo, existe alguna garantía de que se reduce la desigualdad? No, ninguna. La razón es simple, si se le da dinero a los ancianos y a los jóvenes se les aprovisiona con un nivel de educación/capacitación razonable para que trabajen o incluso se les dan las condiciones a las madres solteras, lo único que se genera es mayor ingreso de las familias que a su vez se convertirá en consumo y por ultimo en producción de esos bienes demandados. Si además, no hay movimientos importantes en el nivel de salarios, lo único que se genera es un margen mayor de utilidad o ganancia. Es decir, los industriales obtendrían proporcionalmente mayores ingresos que los pobres. Con ello la distribución del ingreso lejos de mejorar empeora.

El tema de los salarios es complicado. No es tan fácil hacer crecer los salarios debido a que gran parte de los bienes públicos fijan su precio en base al salario mínimo. Solo hay que ver cuantas familias pagan sus casas en términos de salarios mínimos. Cuantas familias pagan sus créditos en esa misma base. Calderón esta proponiendo modificar esto? Ya veremos, pero las posibilidades son poco alentadoras.

Por otro lado, si los niveles salariales no se tocan, solo quedan las ganancias de los empresarios. Acaso el presidente legal va a emprender una cruzada para regular las ganancias que obtienen los industriales, algunos legalmente pero la gran mayoría de manera truculenta. Va a revisar que los bancos vivan de lo que debería ser su principal actividad, dar crédito, en lugar de vivir del presupuesto nacional. Propone Calderón limpiar las corruptelas del FONDEN, de la Lotería Nacional, de los familiares de la señora de Fox, de los suyos propios, y de la señora Gordillo entre otros. Parece poco probable.

Que queda entonces de la mencionada maniobra? Darle dinero a los viejitos y otros grupos con la esperanza de volverse popular y por otro lado dar algún golpe mediático sometiendo a castigo ejemplar a algún corrupto inepto (ya que los verdaderamente hábiles estarán en el gabinete) o peor aún a algún enemigo político para eventualmente legitimarse. Ese parece ser el as bajo la manga que Mr. Calderón pretende jugar.
Como dijimos antes Calderón tiene pocas opciones. Y al parecer, ninguna de ellas atentará contra la realidad que muchos mexicanos viven: la pobreza. En cambio, sigue fantaseando, solo que ahora lo que antes era una pesadilla populista se ha convertido en una fantasía sostenible. Al final, López Obrador parece demostrar que ha sido, es y será la opción más progresista para el país, si hasta sus enemigos lo reconocen y le quieren copiar su programa de gobierno. Claro ante la falta de propuesta la cultura del ‘copy and paste’ harvardniano se impone. Después de todo, en la campaña por la presidencia Mr. Calderón nunca dijo lo que iba a hacer, solo se dedicó a dejar en claro a quien odia.