El problema pareciera ser complejo, o por lo menos así lo pintan los medios de comunicación. Se trata de rivalidades entre grupos étnicos, dicen. Otros dicen que el problema electoral vino a agravar el sectarismo que ya existía. Sin embargo, no es claro para mi como es que los kenianos salieron a votar en relativa tranquilidad, luego al conocer que el resultado de las actas de casilla no coincidían con los que reportaban al nivel distrital y estos a su vez distaban de los que al nivel nacional se daban a conocer decidieron salir a las calles a protestar.
También dicen que los que salieron a las calles lo hicieron de manera violenta. Sin embargo, resulta interesante que quienes salieron a protestar viven en los llamados ‘slums’ o ‘ghetos’ africanos. Lo cierto, según versiones de amigos en el área, es que hubo una acción y una reacción.
La acción fue provocar la violencia, y en ella tomaron parte tanto el ejército, la policía y grupos paramilitares. Solo hay que recordar que la masacre en donde quemaron vivos a 30 personas, entre ellos varios niños, estuvo a cargo de grupos armados. Y quienes viven en ‘slums’ no tienen armas o las armas que tienen son palos y machetes.
La reacción fue precisamente eso: la gente salió a defenderse en contra de la agresión. Policías y militares son fácilmente identificables pero difíciles de lidiar sin armas, en cambio los paramilitares son difíciles de identificar y más fácil de atacar debido a que no portan tantas armas, a menos que se trate de escuadrones de la muerte. Así que el conflicto se convirtió en un asunto entre civiles. Por un lado quienes no aceptan el resultado de las elecciones, los opositores al presidente Mwai. Por otro lado los partidarios del oficialismo. Lógicamente, ambos bandos son objetivos de las agresiones del otro.
Desde luego el presidente Mwai presto juramento, en ceremonia privada y fuertemente custodiado por sus guardaespaldas, policías, y militares. Mientras tanto, se intensifican las demandas por llevar a cabo nuevas elecciones. Al parecer, ni Mwai ni los intereses que están detrás de el estarían de acuerdo. Hay que recordar que Mwai es abiertamente pro-gringo, mientras que las voces europeas son quienes están presionando por una nueva elección.
Es increíble el paralelismo que hay entre los procesos electorales en Kenia y en México. Pareciera que la CIA hubiera tomado el patrón electoral de la florida y lo estuviera aplicando a diestra y siniestra. El fraude electoral, y sus mecanismos son muy similares. Por ejemplo, según los resultados que reporto la comisión electoral para la 6 y media de la tarde del día de la elección Odinga, el opositor, superaba por más de 500 mil votos al presidente, de un total de un poco más de 14 millones de votantes registrados. Como en México, la noche o mejor dicho la madrugada trajo sorpresas y Mwai terminó ganando por algo así como 230 mil votos.
Curiosamente, el nombre completo del opositor es Raila Amolo Odinga. Esto no implica mas que una mera casualidad que Amolo sea tan parecido a nuestro AMLO. Por lo menos la diferencia entre ambos es más que una ‘o’. Hay que recordar que desde el inicio de la protesta en contra del fraude electoral en México, AMLO hizo mucho énfasis en la NO VIOLENCIA y en no caer en provocaciones. Odinga, en cambio ha hecho llamados a la no violencia, sin embargo su liderazgo ha sido rebasado por la falta de organización y las provocaciones tan brutales que han acorralado a sus simpatizantes en una especie de autodefensa y agresión.
Otra cuestión interesante, para quienes insisten en ver y oír los medios mexicanos, será el observar como presentan la información sobre el conflicto en Kenia. Como evitar hacer comparaciones con nuestra propia historia de corrupción y fraudes electorales. Que dirá López Dóriga? Tal vez, y como es ya costumbre solo dirán que ‘son conflictos entre grupos étnicos contrarios’, como lo hicieran cuando la masacre en Acteal.
Bush and Mwai Kibaki Kenian president
An area of the Kibera slum which was razed to the ground after days of rioting
An opposition supporter who was beaten by a mob using clubs, machetes and crude weapons on a road outside the Mathare slum
A man raises his arms in triumph as a mob attacked people and set houses and businesses on fire in the the slum of Mathare
A boy throws sewage water on burning buildings as a protestor attempts to destroy a building in the background
A policeman walks past burning buildings during riots in the Mathare slum
Residents of the Kibera slum salvage the gate of a house that was set on fire
A man carries a sack of cement he looted during the disturbances
Police march past a burning barricade in the Mathare slum as they try to stop clashes between two rival groups
Photos from http://www.theindependent.co.uk/